Economía
Acueducto de Segovia, en la actualidad. |
La economía de Roma estaba basada en la explotación
de los recursos naturales y el trabajo de los esclavos, que estaba centrado en
la agricultura y la ganadería. Los romanos fueron innovadores en el desarrollo
de técnicas aplicadas a la agricultura, tales como el regadío, drenaje de
tierras, abonado, barbecho, rotación de cultivos, etc. Los cultivos principales
eran los cereales como el trigo, el olivo y uno de los más apreciados, la vid.
Las tierras cultivables, bosques y pastos, las
cuales pertenecían al Estado, eran al principio explotadas por esclavos
prisioneros de guerra y supervisados mediante capataces. Posteriormente, conforme
escaseaba la mano de obra cautiva, se iban arrendando las tierras a
agricultores particulares, los cuales pagaban a los propietarios en especie con
una parte de la producción. Este sistema feudal ya estaba firmemente
establecido en la villa romana 400 años d.C. El modelo económico estaba
centralizado en Roma, y desde allí se imponía a todo el imperio.
La práctica de arrendar las tierras provocó grandes
latifundios y el empobrecimiento de los pequeños agricultores propietarios (no
esclavos). La mayoría de las tierras eran propiedad de senadores; alrededor del
año 218 a.C. la Lex Claudia les prohibió que se dedicaran a cualquier otra
actividad que no fuera la explotación de sus tierras.
Los ingresos del Estado tenían varias procedencias:
impuestos de las provincias que cobraban los publicanos;
venta o arrendamiento a particulares de las tierras anexionadas durante las
conquistas (ager publicus);
y arrendamiento privado de la explotación de las minas con determinados
recursos, como la sal. Toda la hacienda era gestionada por el Senado, que
elaboraba un presupuesto, y cuyos ingresos y distribución controlaban los censores y cuestores.
Los romanos se distinguieron también por sus obras
públicas; calzadas, puentes, anfiteatros, termas, acueductos, etc.,
proliferaban por toda Roma y en general por todas las ciudades del imperio.
Cabe destacar que algunos puentes y calzadas todavía hoy se mantienen en pie e
incluso pueden utilizarse con seguridad. En lo que respecta a la agricultura
realizaron robustas obras arquitectónicas; uno de los ejemplos más
significativos es el acueducto de Segovia, España, que sufre ahora la abrasión de
la contaminación, y paradójicamente ha soportado estoicamente todo tipo de
inclemencias en el transcurso de los siglos.
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